sábado, 9 de julio de 2016

Viviendo con $1.


¨Living on One Dollar¨o Viviendo con un Dólar, es una película y el viaje que sigue la experiencia de vivir con $ 1 al día. Esto se realizó durante dos meses en zonas rurales de Guatemala
La lucha con el hambre es intensa, parásitos y la comprensión de que no hay respuestas fáciles, pero estos jóvenes encontraron esperanza en las vidas inspiradoras de los vecinos Rosa, una mujer de 20 años de edad, y Chino, un chico de 12 años de edad.
La película ya ha ganado Mejor Documental en el Festival Internacional de Cine de Sonoma, y ​​recibió el respaldo de Premio Nobel Muhammad Yunus, el administrador de USAID Rajiv Shah, y el Director de los Juegos del Hambre, Gary Ross.
Estas es la realidad de muchas personas en Guatemala.

viernes, 1 de julio de 2016

La Pobreza y la Educación

Las necesidades en cifras

  • Según COED, 40%: Es el porcentaje de analfabetismo de adultos indígenas en Guatemala.
  • Tres cuartos: Es la proporción de niños en el altiplano de Guatemala que viven en la pobreza. 
  • US$3-6 al día: Es el ingreso diario promedio de una familia guatemalteca en los comunidades.
  • Nueve de cada diez: Es la proporción de escuelas en las áreas rurales de Guatemala que carecen de libros.
  • 60%: Es el porcentaje de empleos a nivel de entrada que requieren del manejo básico de computadoras.
  • 95%: Es el porcentaje de estudiantes de básico y ciclo diversificado de colegio en algunas comunidades que nunca usó una computadora.
  • 38%: Es el porcentaje de niños guatemaltecos que atienden los institutos de ciclo básico.
  • 1.8: Es el número promedio de años que una mujer indígena guatemalteca permanece en la escuela.

La pobreza en Guatemala es grande y profunda

Afecta desproporcionadamente a los indígenas mayas del país. Ellos constituyen la mitad de la población, pero representan menos de una cuarta parte del total de ingresos y el consumo. Un típico trabajador maya gana menos de US$4 al día. Las tasas de pobreza en zonas rurales de Guatemala a menudo superan el 70%.

La calidad de la educación sufre

Los mayas también sufren de bajos niveles de alfabetización y falta de una educación formal. Las tasas de analfabetismo entre los adultos mayas llegan a un 40%. El nivel educativo es muy bajo, sólo cuatro años en promedio. Las mujeres indígenas típicamente completan menos de dos años de estudios. Los expertos estiman que por cada 100 niños en Guatemala, menos de 40 continuarán hasta primer curso y sólo 18 completará diversificado.
Para los afortunados que se quedan en la escuela, la calidad educativa es pésima. Los maestros carecen de la preparación adecuada, además de los recursos que necesitan para estimular el aprendizaje, como libros de texto y tecnología. Muchos jóvenes en las comunidades rurales no desarrollan habilidades de estudio apropiadas. Poco entusiasmo, falta de motivación y pobre rendimiento académico llevan a tasas altas de deserción escolar. De esta manera el ciclo de la pobreza continua. 



miércoles, 29 de junio de 2016

La Organización de Mujeres Campesinas de Jutiapa sin apoyo para cambiar condiciones de pobreza

utiapa, Septiembre 21 del 2010 (Cerigua).- La Organización de Mujeres Campesinas de Jutiapa ha gestionado en diferentes instancias del gobierno, apoyo para la producción de hortalizas y otros proyectos productivos que les permitan cambiar las condiciones de pobreza en que subsisten en sus comunidades, donde enfrentan limitaciones para la nutrición de sus niños y niñas.

Miriam Ordóñez, integrante de Mujeres Campesinas, dijo que desde hace tres años han encaminado solicitudes ante el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), pero no han obtenido respuesta, a pesar de que dicha cartera había ofrecido insumos y herramientas, para que pudieran producir sus alimentos.
El MAGA también había prometido ayudar con bolsas pecuarias, huertos familiares, semillas mejoradas, asistencia técnica y financiamiento para iniciar el cultivo de hortalizas; hubo reuniones con distintos funcionarios, pero todo fue un nuevo engaño, en tanto que las condiciones de miseria se agravan.
En los últimos tres años no hemos podido contribuir con la producción de alimentos, ni siquiera para nuestras familias, porque se nos negó el apoyo que necesitábamos para labrar la tierra y obtener el fruto de nuestro trabajo, concluyó Ordóñez.
Por Osmín Castro